¿Qué buscamos los viajeros en un cementerio?

 

Nunca había visitado el cementerio de alguna ciudad. No entiendo bien eso de caminar entre tumbas, recuerdos y tanto silencio. No sé bien qué se busca, cámara en mano. Es como pasearse, voluntariamente, entre el dolor que se quedó ahí como atrapado. Nunca había caminado por el cementerio de alguna ciudad; pero estaba en Río de Janeiro, muy cerca del Cementerio São João Batista, el único en la Zona Sul de Río y no pasar por ahí o, al menos intentarlo, era como obviar esa parte de la vida que también es la muerte.

El cielo estaba a tono para el recorrido: gris y frío. Afuera, en pleno Botafogo, las cornetas de los carros se precipitaban en esas calles un poco estrechas. Pero adentro, solo había silencio. Antes de entrar, lo único que sabía era que allí estaba enterrado Albertos Santos Dumont, un brasileño considerado uno de los pioneros de la aviación; un personaje querido y respetado en todo Brasil, tanto que hasta el aeropuerto nacional de Río de Janeiro lleva su nombre. Sabía, también que su tumba era impresionante y entonces, sin preguntar, comenzó la búsqueda. ¿Pero para qué? ¿Qué haces frente a la tumba de Santos Dumont cuando la consigues? Respirar profundo es inevitable ¿Y luego, qué? Comentas sobre lo voluptuosa que es, te sorprendes con Ícaro escoltándolo y te preguntas ¿Qué hago dentro de un cementerio? ¿Qué necesito saber?

Salí de allí con el mismo silencio que entré; divagando sobre la vida y la muerte más que el hecho de contemplar la historia tras cada tumba. Mientras escribo esto, me tropiezo con una larga lista de personas conocidas en Brasil, enterradas allí y supongo que pasé por delante de algunas de ellas, sin saberlo. Nunca había visitado el cementerio de alguna ciudad y no sé si volveré a hacerlo.

16 respuestas a “¿Qué buscamos los viajeros en un cementerio?”

  1. Hay visitas famosas a los cementerios de algunas ciudades de America Latina. Entre esas una en Lima y otra al famoso Cementerio de La Recoleta en Buenos Aires. ¿Que atrae a los turistas? No lo se, puede ser simple curiosidad o su interes historico y arquitectonico. Muy interesante tu articulo, slds Adriana

  2. En cierta época viví en la zona del Rosal en Caracas, un Domingo no tenía nada que hacer y me dio por salir a caminar sin rumbo determinado. Ese día termine caminando en el Cementerio del sur, quede impresionada por los antiguos Mausoleos, verdaderas joyas, y aunque en esa oportunidad no llevaba cámara, siempre he pensado que se podrían hacer excelentes fotografías allí. Lamentablemente eso fue hace muchos años, unos 18 más o menos, hoy en día difícilmente haría una caminata similar, puesto que sabemos el peligro que eso representa, una lastima realmente.

    • Muy de acuerdo Natalí, es una lástima que hoy no se pueda caminar aunque no estoy segura si yo lo haría. En algún momento y hace muchos años también fui al Cementerio del Sur y no tan sólo me impresionaron los mausoleos, si no los rituales y promesas que varios estaban pagando allí. Eso me hace pensar mucho más todavía 🙂

  3. Yo hace muy poco andaba por Valparaíso, entre tips, me dijeron de conocer el antiguo cementerio de la ciudad. Está en un cerro con una vista panorámica a la ciudad y el mar y tiene tumbas e historias de hace tres siglos. Yo estando en Buenos Aires no entendía el porqué tantos turistas visitaban el cementerio de Recoleta, pero ahora encuentro en algunos cementerios una gran parte de la historia de la ciudad, tienen mucho que contar. El de Valparaíso es uno de los cementerios más curiosos que conocí, de hecho…diría que es interesante aunque no se si recomendaría a todo el mundo….

  4. Fíjate que para mí es todo lo contrario: siempre procuro conocer el cementerio de cada ciudad grande que visito. ¿Qué busco? Silencio, reflexión, personajes inspiradores, y otras cosas de las que seguramente no he tomado conciencia. En los cementerios he encontrado maravillas!!! Una tarde en París conversé un buen rato con Cortázar…

  5. Hay cementerios y cementerios… Coincidimos con Martín en que muchos concentran parte de la Historia de los lugares en los que se encuentran: por su arquitectura, por las personas importantes que allí están enterradas, por su ubicación y construcción… Incluso los hay diseñados como auténticos jardines, con un paisajismo cuidado. En Madrid, el de la Almudena es uno de los más curiosos (no precisamente por la Botánica, pero bueno :D). Dependiendo del estado de ánimo, también son lugares para la reflexión en positivo, como si la sombra de la muerte, aunque resulte paradójico, pudiera hacernos sentir con más intensidad la luz de la vida: se puede salir triste de un cementerio pero también con más ganas que nunca de aprovechar el tiempo que tenemos. Nos parecen lugares curiosos: quizá no imprescindibles pero desde luego tampoco rechazables.

  6. Aquí voy a confesar uno de mis vicios viajeros: visitar cementerios… No sé porqué, pero tienen un noseque que me gusta… Eso sí, como los británicos, tan verdes que parecen parques, ningunos 😉 Y en algunas ciudades son de visita obligada. Por ejemplo, el Père Lachaise de París es una maravilla (y Wilde y Jim Morrison descansan allí)

  7. Yo también siempre intento visitar algunos, me parece que muestran muy bien la historia de las ciudades y reconozco que me gusta buscar el lugar donde yacen personas que admiro. Uno de los más impresionantes donde he estado es el de El Cairo donde la pobreza ha hecho que la gente use las tumbas como casas.

  8. Nunca se me había ocurrido visitar un cementerio hasta que viajé a Santiago de Chile y planeé visitar la tumba de Don Andrés Bello (mi personaje histórico favorito) y tal cual como reseñan los demás viajeros, es un sitio de inesperada reflexión.
    Excelente blog por cierto!!!

  9. Yo siempre, siempre, siempre, debo ir al Cementerio… En Buenos Aires todo el mundo va a La Recoleta, yo a La Chacarita. Creo que el «cómo» entierran a sus muertos habla mucho de una sociedad. Santiago cuando fui a la tumba de Andrés Bello, también me acerque por el lado donde entierran a los pobres. Una vez en Isla de Coche hice detener al taxista en el Cementerio y el señor curioso le preguntaba a mi esposo si tenía a alguien enterrado allí, fue díficil que entendiera que me gusta honrar a los muertos aunque no los haya conocido. Y lo más curioso, es que un día de mi cumpleaños, mi esposo me regalo un libro que habla de los cementerios alemanes en Venezuela, toda una rareza y una fascinación 😛

    • Raomely, para mí es un gusto que pases por aquí. Pues debo decir que me llama mucho la atención esa curiosidad de la que, definitivamente, carezco, pero que no deja de atraparme. Ciertamente una rareza fascinante. Un abrazo.

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