Mi primera vez en Nueva York

Recuerdo bien la primera vez que fui a Nueva York. La invitación me llegó dos días antes a mi correo de trabajo de aquél entonces y hablaba de la cobertura del Fashion Week durante un fin de semana de febrero. Era, desde cualquier ángulo posible, el viaje perfecto: no pagaría nada, estaría rodeada de moda y conoceríaSigue leyendo «Mi primera vez en Nueva York»

Chicago, you don’t understand

¿A ustedes les pasa? Que el frío les nuble un poco los pensamientos, les recorte las palabras. A mí sí, a veces, cuando se me queda atrapado en el ceño y me hace doler la cabeza; cuando se me queda en la punta de los dedos y tengo que darles calor porque no puedo teclear,Sigue leyendo «Chicago, you don’t understand»

Vamos a tomar el té, en Munnar

No recuerdo haber visto el paisaje desde lejos. Mas bien sentí que entré de repente, que solo aparecí allí en medio de todo el verde. Sé que busqué la cámara dentro del morral con varios movimientos atropellados  y atiné una o dos fotos, porque era posible que eso que estaba viendo se desvaneciera de unSigue leyendo «Vamos a tomar el té, en Munnar»

Diario breve desde Montpellier

Montpellier, Francia / Lunes 03 de abril / Poco más de las 7pm Al fin hay sol. Hoy ha sido el primer día en el que no he tenido que usar en ningún momento la chaqueta verde. Tampoco ninguna bufanda. Es curioso, pero antes me llevaba mejor con el frío. Y con antes quiero decir,Sigue leyendo «Diario breve desde Montpellier»

Dublín: la ciudad de la literatura

A Dublín la conocía antes de verla por primera vez. Me la tropecé en varios libros, la busqué con esmero en el mapa y traté de aprenderme ciertos nombres. Pero cuando nos vimos, se convirtió en muchas ciudades a la vez. Era ella una conversación distinta dependiendo de la hora del día, calles enredadas ySigue leyendo «Dublín: la ciudad de la literatura»

Un susto y un domingo en Los Roques

Estaba camino al aeropuerto a las seis de una mañana de domingo nublada. Era la primera vez que viajaría a Los Roques en una avioneta pequeña, de esas que llevan nueve pasajeros y no había nervios de ningún tipo. Ya hace dos años, había volado en una más pequeña aún durante hora y media paraSigue leyendo «Un susto y un domingo en Los Roques»