NOTA: Hato Cristero cerró sus puertas a principios de 2017. Las toallas de la habitación tenían forma de rana y me sonreía desde la cama. Los pétalos de las flores estaban esparcidos por ahí, como un sutil descuido. La luz tenue, el techo alto, las paredes de colores y la tranquilidad saltando desde todos losSigue leyendo «Los días en Hato Cristero»