No sé porqué dejé que el autobús me llevara unas doce calles más arriba de donde realmente tenía que ir. Cuando finalmente me bajé, lo primero que vi fue un comercio de compra y venta de oro y unos seis tipos que me miraron con cara de «otra turista perdida». Caminé a la izquierda ySigue leyendo «Little Havana: un paseo pintoresco»