Etiqueta: Los Roques
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Volver a Los Roques, siempre
A veces escribo con egoísmo, como cuando uno va a ver el mar. Te sientas en la orilla y dejas que la mirada se pierda; no piensas, no buscas, no cuestionas. Solo existe una contemplación silenciosa de los azules y de la calidez de la brisa. No hay nada más allá que ese momento, nada más…
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Búsquenme un día en Carenero
Me quité los zapatos apenas al aterrizar. Bueno, exagero. Lo hice luego de atravesar la pista y los guardé en un espacio vacío de mi maleta. Nadie de la posada me esperaba, pero me sabía el camino y llegué a la puerta y pasé, como quien pasa al patio de su casa un sábado cualquiera.…
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De Madrisquí a cayo Pirata
El azul se extiende en Madrisquí, no sabe hacerlo de otra manera. Abre los brazos y te conduce en su calma. A lo lejos, pero cercano, se ve el Gran Roque: estamos apenas a diez minutos de su muelle, quizá menos. Desde aquí no se escucha el llamado constante a los viajeros para que suban a las…
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El Gran Roque, cuando todos se van
El primer vuelo llega a las seis y media de la mañana, puntual con el amanecer. Aterrizar en esa pista pequeña, con la brisa despeinando todos los sentidos y el mar azul, azulísimo de fondo, hace creer que cualquier cosa que venga después, no nos va a caber en la memoria. Los carretilleros esperan impacientes…
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Cayo Fabián, Madrisquí y Francisquí
En un abrir y cerrar de ojos, ya había pasado seis días en Los Roques. Así que esa mañana de viernes desperté con premura, con ganas de irme temprano a la playa, de aprovechar cada segundo. Mi vuelta a Caracas estaba planeada para el día siguiente, muy temprano en la mañana, justamente el día de…
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Palafito, estrellas y Crasquí
Es la primera vez que vengo a Los Roques por tantos días. No había experimentado antes esta posibilidad de escribir sentada a la orilla de la playa; de quedarme un día en el pueblo viendo a los niños entrar al colegio, a los turistas irse y cómo es el movimiento usual de las posadas cuando…
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Cayo de Agua, Dos Mosquises y Sarquí
Un día de playa siempre deja un cansancio del que es muy difícil escapar. Ayer pasé todo el día recorriendo algunos cayos y volvimos al Gran Roque justo al atardecer, con el peso del sol en el cuerpo. Un buen baño, una cena caliente y mi intención intacta de sentarme a escribir, pero el sueño…
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Un susto y un domingo en Los Roques
Estaba camino al aeropuerto a las seis de una mañana de domingo nublada. Era la primera vez que viajaría a Los Roques en una avioneta pequeña, de esas que llevan nueve pasajeros y no había nervios de ningún tipo. Ya hace dos años, había volado en una más pequeña aún durante hora y media para…