El encierro termina en el mar

He pasado casi dos meses sin moverme de casa. Sé medir el tiempo por lo mucho que me cuesta levantarme en la mañana, por la oleada de mal humor que me da por las tardes y que se va después de alguna vuelta por la nevera, de mirar por la ventana o de lanzarle unSigue leyendo «El encierro termina en el mar»