Tengo la impresión de que el tiempo avanza distinto en Praga. Es tan curiosa la curiosidad de los que viajamos que por eso sus calles me parecen un gran rompecabezas por armar. Consigo piezas por todos lados. Viajar a Praga ha sido una de mis decisiones más improvisadas -tenía que llegar a otra ciudad y era más fácil conectar por allí-, pero también una de las más agradecidas. Estuve solo tres días, que se tradujeron en tres minutos. Y medio. Entonces, Praga resultó ser la ciudad que me dejó con ganas de volver para caminar sin lluvia, sin el agite de querer ver todo en tan corto tiempo. 

Aun así y con el entusiasmo de las primeras veces, me atrevo a dejarles una pequeña guía que resume lo que creo que no deben perderse al viajar a Praga. Espero que les sea útil.

El Puente de Carlos. Es el más icónico de Praga, un puente de piedra que cruza el río Moldava y une el casco antiguo con la Ciudad Pequeña. Está lleno de estatuas y ofrece una vista hermosa del Castillo de Praga. Lo crucé al ritmo del jazz, con sonido de saxofón. Éramos muchos los que íbamos y veníamos al mismo tiempo y aunque hay otras vías para llegar al otro lado, la gracia está en hacerlo por aquí. 

El Castillo de Praga. Llegar a este lugar es maravilloso, no tan solo por el despliegue arquitectónico sino también por las hermosas vistas que tenemos desde ahí a la ciudad. El castillo medieval de Praga es una mezcla de varios estilos y es el hogar del presidente de la República Checa. En sus espacios se levanta la Catedral de San Vito, la más grande y conocida de la ciudad. Su construcción comenzó en el siglo XIV y se prolongó durante varios siglos. Puedes entrar gratis hasta el vestíbulo del castillo y ver la Catedral, pero si quieres tener más detalle sí hay que comprar la entrada que te incluye, además, poder ver el Palacio Real, la exposición de la Historia del Castillo de Praga, la Basílica de San Jorge, el Callejón del Oro, la Torre Daliborka, la Torre de la Pólvora y el Palacio Rosenberg. Puedes realizar este free tour por el castillo de Praga para que no te pierdas detalle.

La Plaza de la Ciudad Vieja: es una de las más grandes y antiguas de Europa, rodeada de edificios históricos y coloridos. Allí se encuentra el Reloj Astronómico de Praga, una obra de relojería del siglo XV construida por el maestro Hanus y que es un símbolo importante de la ciudad. Durante cada hora, quienes pasamos por ahí podemos ver “bailar” a los doce apóstoles, figuras protagonistas del reloj, además del turco, la avaricia, la vanidad y la muerte. Y es que es una pieza compleja, que representa la órbita del sol y la luna. Se puede subir a la torre para tener una hermosa vista de la ciudad. 

La Casa Danzante: también conocida como «Ginger y Fred», es un edificio modernista ubicado en la esquina del río Moldava, en el centro de Praga. Diseñado por los arquitectos Vlado Milunić y Frank Gehry, el edificio es famoso por su diseño único y peculiar, que se asemeja a una pareja de baile. 

Te recomiendo este tour de Praga al completo para que recorras la ciudad durante ocho horas, con un guía en español y paseando por estos lugares imprescindibles. No te vas a arrepentir.

El Barrio Judío: se llama Josefov y es una parte importante de la historia de Praga. Podrás ver seis sinagogas, un antiguo cementerio y un museo. Es un área pequeña porque pocos edificios sobrevivieron a la remodelación del antiguo gueto judío. Allí está la Altneuschul, considerada la sinagoga más antigua del mundo y que solo estuvo inoperativa durante la ocupación nazi. Puedes realizar este free tour por la ciudad vieja y el barrio judío con un guía en español.

El Museo Franz Kafka: ubicado en el centro de Praga, este museo está dedicado a la vida y obra del escritor checo. Tiene una colección de manuscritos, cartas, fotografías y otros objetos personales de Kafka. También hay una exposición interactiva que explora las influencias literarias y culturales de su obra.

El Muro de John Lennon: es un monumento que comenzó a construirse en la década de los 80s, poco después del asesinato del famoso Beattle. En la ciudad hay más lugares que hacen referencia a él, pero este lugar ha sido tomado como símbolo de libertad y de expresión. A mí me pareció un poco sin orden, pero es lo que hay.

El Cementerio de Vyšehrad: este cementerio es uno de los más antiguos y famosos de Praga. Es el lugar de descanso de muchos personajes históricos importantes de la República Checa, incluyendo músicos, poetas y políticos. 

El Palacio Lobkowicz: este palacio del siglo XVI es el hogar de una de las colecciones de arte privadas más grandes de Europa Central. Además, el palacio cuenta con una biblioteca histórica y una exposición multimedia que muestra la historia de la familia Lobkowicz.

El Teatro Nacional de Praga: es uno de los teatros más importantes de Europa y ha sido el escenario de algunas de las obras de teatro y ópera más famosas del mundo. Ópera, ballet y drama. Aquí está todo reunido con el más exquisito de los gustos.

El Mercado de Havelská: este mercado al aire libre es un lugar colorido y lleno de vida donde se pueden encontrar productos locales, desde comida y flores hasta souvenirs y artesanías.

El Mirador de Petřín: es una colina situada en el centro de Praga que ofrece vistas espectaculares de la ciudad. En la cima se encuentra la Torre de Petřín, una réplica de la Torre Eiffel de París. 

Si vas a viajar a Praga, te recomiendo hospedarte en este hostal, tomar algunos de los tours que te he recomendado para que no te pierdas de nada y volver a la ciudad todas las veces que sean necesarias para que la puedas recorrer sin prisas y sin perder detalle.

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Un comentario sobre “Viajar a Praga y quedar con ganas de volver

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